domingo, 11 de diciembre de 2011

EVALUACIÓN CUALITATIVA O FORMATIVA

EL PARADIGMA DE LA EVALUACIÓN CUALITATIVA
1.      INTRODUCCIÓN.
Desde los inicios de los años 90 y con la llegada a nuestro país del movimiento pedagógico constructivista se puso de moda en educación la palabra evaluación cualitativa o formativa. Su comprensión y aplicación definición no es total por la totalidad de los docentes.
Esto ha traído graves problemas, a los docentes, específicamente al momento de planificar y  evaluar, resulta que algunos planifican bien, pero evalúan mal consciente o inconsciente, otros creen que la evaluación es solo una fase más de la programación y del desarrollo curricular  y que las técnicas y los instrumentos únicos; ésta concepción arrastra consigo numerosos errores en la planificación y  programas oficiales.
En la actualidad surge la palabra competencias, en diferentes ámbitos y la mayoría de docentes hablan de evaluación formativa y cualitativa; pero lamentablemente el término evaluación formativa es un concepto multifacético y “de alto riesgo” en educación, por eso es necesario definirlo y comprenderlo para un adecuado empleo en nuestra practica pedagógica.
2.      ACERCA DE LA EVALUACIÓN CUALITATIVA O FORMATIVA.
La evaluación formativa, llamada también evaluación cualitativa, de competencias y de capacidades; es una nueva alternativa de evaluación sustentada en el enfoque sociocognitivo, que trata de dar una visión diferente a la evaluación de los aprendizajes en relación con otros enfoques, especialmente al conductista, que propone como idea fundamental que el aprendizaje es el cambio de conducta determinado por la acción y el contenido. Sin embargo, la práctica pedagógica ha sido distorsionada, sesgándose a valorar el almacenamiento de conocimientos y el desarrollo de contenidos, omitiendo otros factores centrales en el aprendizaje.
En el paradigma conductista, la mayoría de los docentes, sobredimensiona la formación de los estudiantes en base a contenidos, subestimando el desarrollo de capacidades, destrezas, habilidades intelectuales, valores, actitudes y emociones que se ha demostrado, a través de  muchas investigaciones pedagógicas, ocupan un lugar vital en el desarrollo holístico de los estudiantes.
Por otro lado los resultados negativos en educación de nuestra país, demanda de nosotros los maestros revisión y recontextualizar, muchas de las ideas presentes en los paradigmas educativos en función a nuevos retos y desafíos en materia educativa.
Por ello, es muy importante anotar que el enfoque sociocognitivo, a través de la práctica pedagógica, ha demostrado ser cualitativamente superior al enfoque conductista.
Por tanto, la esencia de la formación, que viene a ser la condición propia de todo ser humano que le permite acceder, de una u otra forma, a la educación e insertarse a la sociedad, es decir a ser educado, evaluado y valorado, en su total dimensión, representa la capacidad para adquirir socialmente, tomándolo como metas y lograrlo a través de  procesos cognitivos superiores, nuevas capacidades a lo largo de toda la vida. Ello nos plantea la necesidad de reorientar a los maestros, una nueva forma de asumir la evaluación en el sentido de que esta debe estar centrada en el reconocimiento de la competencias o capacidad; destrezas, habilidades, logradas;  conocimientos, valores, actitudes y emociones, asumidos y adquiridos y que los puede vivenciar como parte de su vida.
Pero este problema, acerca de la evaluación no solo se da en nuestra patria, pues las recientes evaluaciones nacionales e internacionales, con resultados no satisfactorios para los países latinoamericanos, debe ser otro de los motivos, para quienes estamos trabajando con los niños y niñas en el aula y desde allí aportar ideas a la mejora de la calidad educativa en América Latina, en nuestro Perú y en nuestra región específicamente. Tratemos de incorporar nuestras propuestas de evaluación a los procesos pedagógicos, de nuestra aula y de nuestras instituciones educativas, recordemos que estamos viviendo en el presente siglo, en que se desarrolla la denominada Sociedad del Conocimiento, caracterizada por el avance acelerado de la ciencia y la tecnología, en el que subyace la exigencia de un nuevo modelo educativo que desarrolle capacidades, destrezas, habilidades, conocimientos, valores, actitudes y emociones, fundamentalmente la capacidad innovadora o creativa, entendida como la más alta de la estructura mental.
La evaluación formativa, debe ser sociocognitivo, es decir, entendido como un proceso de desarrollo de la persona en la que intervienen factores sociales, muchas  de las veces determinados por la sociedad y factores internos, determinados por el desarrollo de los procesos mentales de cada niño o niña, a diferencia de la evaluación en la pedagogía conductista que ha  llevado a una formación reduccionista en base a contenidos.
Para lograr  una práctica de evaluación formativa, en nuestro quehacer diario en el aula, los profesores, en la actualidad, debemos asumir la tarea de modificar estructuras mentales, trabajar para que nuestros estudiantes, en todos los niveles y modalidades, que forman parte del sistema educativo peruano, aprendan a aprender, aprendan a pensar, que razonen sobre sus propios pensamientos, que identifiquen los procesos mentales que los llevan a aprender exitosamente. La evaluación formativa debe servir para que el estudiante a través del aprendizaje desarrolle su inteligencia.
La evaluación formativa busca que nuestros estudiantes logren desarrollar capacidades que les sirva para enfrentarse a los desafíos del mundo presente y del futuro que hoy se está viviendo cada día que empieza, porque la ciencia y la tecnología, se desarrolla, se incrementa, se extingue, se modifica, con el inicio y término de las horas, los minutos, los segundos.
Últimamente, encontramos información  acerca de los últimos avances de las ciencias de la educación, se habla de la Biología Celular, Neurofisiología, Psicología Cognitiva, Neuroimagen, etc., están revolucionando el concepto de aprendizaje y, consecuentemente, el concepto de evaluación, los aportes de estas disciplinas científicas son de gran importancia y trascendencia. 
Para que la evaluación formativa tenga éxito y se convierta en una propuesta educativa transformadora, en el marco de un enfoque sociocognitivo, tiene que ver con la actitud de cada docentes y que entendamos el aprendizaje como el proceso de modificación de estructuras mentales o estructuras cognitivas. Entender el nuevo paradigma significa desaprender la práctica conductista de evaluación, que sustenta su modelo en el sobredimensionamiento de los contenidos en la formación de los estudiantes, subestimando el desarrollo de capacidades, destrezas, habilidades, valores, actitudes y emociones.
Asumir la evaluación formativa implica asumir nuevas formas, estrategias y técnicas de evaluar los aprendizajes, basados en los procesos cognitivos o procesos mentales y también procesos afectivos, entendidos como valores y actitudes.
La evaluación ha sido,es y seguira siendo un tema de controversia en el lenguaje educativo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario